Viajar a Bután en resort de lujo

Viajar a Bután

Viajar a Bután no suele estar en la lista de los turistas más tradicionales. El país del Himalaya ha sabido mantenerse alejado de las hordas de viajeros, manteniendo su carácter enigmático y casi secreto.

De hecho, está prohibido viajar a Bután por libre. En Bután no puedes ir de mochilero o por tu cuenta, excepto que seas ciudadano de India, Maldivas o Bangladesh. El resto de viajeros deberá acudir con una agencia de viajes y una receptora local.

Esto convierte a Bután en un destino caro, pero también muy especial. Hay muy pocos turistas lo que permite ofrecer toda su autenticidad. Los gobernantes de Bután decidieron evitar lo que llamaron los efectos nocivos de la globalización, especializándose en un viajero mucho más exclusivo.

Viajar a Bután es descubrir un destino que combina una naturaleza excepcional (está en el Himalaya y el 70% de su territorio está cubierto por bosques) con una cultura única, en el que el budismo tántrico tiene un gran protagonismo.

Con la apertura de nuevos resort de lujo como Amankora, Bután se ha convertido también en un destino perfecto para el viajero más exclusivo. Frente a las dificultades para acceder al Tíbet de las autoridades chinas y con Nepal convertido en un paraíso mochilero, Bután tiene lo mejor de ambos mundos en un entorno prácticamente virgen, donde sus ciudadanos intentan resguardar su cultura ancestral.

Bután, la tierra de la felicidad

Buda gigante Bután

¿Pero qué hace de viajar a Bután una experiencia tan especial? Sin lugar a dudas, su búsqueda de la felicidad.

Bután es el único lugar del mundo donde el objetivo no es el crecimiento económico ni ningún indicador de este tipo, sino la felicidad. La razón viene por la religión, ya que en su corriente del budismo ser felices es lo más importante y lo que los acerca al nirvana.

Por ello, han desarrollado un indicador único llamado Felicidad Nacional Bruta. Al estilo del PIB (Producto Interior Bruto) pero midiendo lo único que es esencial para los butaneses: ser felices. De hecho, cuentan incluso con un Ministerio de la Felicidad que se encarga de estudiar qué es necesario para ser felices y cómo poder aportarlo a toda la población.

En Bután no quieren dinero, fama o amor, lo que quieren es sentirse bien consigo mismos y con el entorno que los rodea. Eso ha conllevado la creación de toda una filosofía de vida muy diferente a la del mundo occidental y que realmente merece la pena conocer.

Al viajar a Bután el viajero descubrirá un mundo muy diferente desde su propia concepción, con otras prioridades y en el que es posible conocerse mejor a uno mismo.

¿Qué ver en Bután?

Dependiendo del tiempo que vayamos a viajar en Bután podremos ver más de este fantástico país. Sin lugar, a dudas, podemos dividir los lugares más llamativos en dos categorías diferentes.

Por una parte, los templos, palacios y edificios culturales. Por otro, su naturaleza. De hecho, son habituales las rutas de senderismo de hasta 25 días entre sus ciudades principales.

Si lo que buscamos es un viaje más cultural, con vistas a la naturaleza, pero sin expediciones, entre una y dos semanas es perfecto para disfrutar del país. Incluso lo podemos combinar con Nepal, con el que hay buenas conexiones áreas o la India.

Templos y palacios de Bután

Nido del tigre

Hacer una lista con los templos y palacios de Bután más importantes sería interminable pero seguro que empezaría con El Nido del Tigre. Muy cerca del aeropuerto internacional de Paro se encuentra este templo construido prácticamente dentro de la montaña y llamado en el idioma local Paro Taktsang.

En Paro también se ubica el Museo Nacional de Bután, otra parada imprescindible para conocer más a fondo la cultura butanesa. El resto de museos de Bután principales se encuentran en Thimpu, la capital.

Thimphu

Allí encontraremos el Museo Nacional de los Textiles, el Museo del Patrimonio Folklórico, el Museo de la Medicina Tradicional de Bután así como templos como Changangkha Lhakhang, la Chorten Thimphu, el Buda de Dordenma, el Dzong de Tashichoe y el Monasterio de Tango Gompa.

La capital de Bután solo tiene 75.000 habitantes, pero aún así también es el lugar perfecto para ir a una discoteca y a algunos negocios preparados para turistas.

Phunaka Bután

El otro templo imprescindible de Bután se halla en Punhaka. En esta localidad sagrada encontramos el dzong del mismo nombre, considerado el más bello del país.

Los dzong son fuertes monásticos, un cruce entre castillos y monasterios, que te sorprenderán a cada paso por Bután. Otros importantes son los dzong de Jakar, la capital espiritual del país, y el de Rinpung.

Naturaleza en Bután

Valle Bután

En cuánto a la naturaleza, lo primero que hay que decir es que todo Bután es un escenario natural impresionante. Desde la llegada al aeropuerto internacional de Paro, situado entre las cimas del Himalaya, allá a donde llevemos la vista, incluso cuando estemos visitando templos, veremos naturaleza.

Si aún así queremos una experiencia de plena naturaleza destaca el Santuario de Vida Salvaje de Sakteng, el lugar donde más veces se ha reportado la vista del yeti. Cerca de la capital se sitúa Reserva Real de Motithang, centrada en el takin, un animal que parece una mezcla de vaca y cabra pero cuyo ADN está relacionado con las ovejas.

El sendero entre la capital, Timphu y Punhaka, es también precioso y requiere tres días de viaje. Por último, tampoco podemos obviar los bellos Valle de Phobjika y el Parque Nacional Jigme Singye Wangchuck, dos de los lugares más mágicos de todo Bután.

Mejor época para ir a Bután

Mejor época Bután

La mejor época para ir a Bután coincide con los meses de marzo, abril, mayo, septiembre, octubre y noviembre. Esta época corresponde también a la temporada baja. Es decir, los mejores momentos para ir a Bután son la primavera y el otoño.

Los meses de invierno (finales de diciembre, enero, febrero y parte de marzo) y los de verano (junio, julio y agosto) no son tan recomendables por motivos diferentes. En invierno hace muchísimo frío y hay grandes nevadas por todo el país.

En verano, por su parte, es la época del monzón. Las lluvias torrenciales pueden provocar cortes de carretera y algunos lugares pueden quedar inaccesibles. Por ello, aunque sea algo más caro, aquí si que es recomendable viajar en temporada alta.

Festivales en Bután

Festival en Bután

Otro aspecto sobre el que podemos preguntar a nuestra agencia de viajes antes de reservar el mismo son los grandes festivales tradicionales o tsechu. Durante los mismos hay tanto ceremonias religiosas como actividades culturales tradicionales muy interesantes que ver.

En Punakha, donde se sitúa el resort Amankora, se celebra en marzo, en Paro en abril, en Timphu, la capital, en octubre, mes en el que también se celebra el de Wangduephodrang. Por último, el de Bumthang se celebra en noviembre.

Además, hay otra treintena de festivales que podemos ver en el país repartidos a lo largo de todo el año, pero principalmente en primavera y otoño.

Amankora, un resort de lujo increíble

El resort Amankora ofrece la oportunidad de disfrutar de un viaje a Bután con todo el lujo posible.

Desde hace 17 años, Amankora se ha convertido en el sinónimo de lujo butanés. Este resort se encuentra al otro lado del puente colgante sobre el río Mo Chhu, en Punakha.

Phunaka

Además, cuenta con una casa de campo tradicional construida por un antiguo Je Khempo, el nombre que recibe el abad principal del país. El valle en el que se encuentra es también una de las zonas más calidad de Bután perfecta también para el invierno, con piscina exterior, spa y restaurante.

Las suites cuentan con vistas a terrazas de arroz y un huerto de naranjas, con zonas de estar privadas de 40m2. Además, es posible combinar las suites para contar con dos unidades de dos dormitorios.

Habitación Amankora

Al ser un hotel de lujo, todos los alojamientos ofrecen camas extra grandes, piedras tradicionales de leña y asientos tipo banqueta en la ventana, mientras que los baños cuentan con bañeras revestidas de terrazo, tocadores dobles y ducha y WC separados.

Visado y requisitos de entrada

Chico en Bután

El visado para Bután es bastante fácil de conseguir. A diferencia de países como Irán, Corea del Norte o China, lo único que necesitamos para que nos lo den es tener el pasaporte con seis meses de validez y pagar las tasas correspondientes de 40 dólares.

Sin embargo, para dar el visado se requiere también el pago del llamado presupuesto diario. Este presupuesto parte de los 200 dólares en la temporada baja y de los 250 en la temporada alta.

Pagando el mismo incluye todo lo que necesitamos en el viaje: alojamiento, desayuno, comida, cena, transporte, guía turístico, chofer, entradas a los monumentos y té, café y agua sin límite.

Con este precio se consiguen hoteles de 3 estrellas, para un viaje de lujo a Bután como el que proponemos, hay que pagar la diferencia, consiguiendo no solo un mejor hotel sino también mejores restaurantes.

No es posible viajar a Bután sin tener todos estos aspectos cerrados. En Bután no puedes dejarte llevar y ver dónde comes, por ejemplo, según los lugares que vas encontrando.

Es parte de su fórmula para preservar su pureza y como viajeros permite tener toda la tranquilidad posible. En Bután no hay lugar para improvisar, todo está cerrado y aprobado por el Gobierno con antelación.

Además de dicho pago, podemos comprar en las tiendas locales y dar algo de propina a los guías, generalmente de unos 3€ al día. Esto permite controlar más los gastos del viaje, ya que todo lo esencial está pagado con antelación.

La gestión del visado se realiza desde la agencia de viajes y debe realizarse con 15 días de antelación. Bután dará su visto bueno en un máximo de 72 horas. Para llegar, hay que hacer escala en algún aeropuerto asiático. Las mejores opciones son Bangkok, Singapur o Delhi.

Si quieres viajar a Bután y tener un viaje inolvidable, consulta con nosotros. Te lo gestionamos todo.

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